jueves, 7 de junio de 2012

Capítulo 36: El final de la aventura


En la misma habitación a la que llegaron hace ya más de 80 días, Ethan y Elisabet descansan después de un viaje corto pero intenso. Lo han pasado muy bien en Wheaton y han tenido una experiencia radicalmente opuesta a lo vivido en Nueva York. Si NYC es abrumadoramente grande, ruidosa, inabarcable (incluso conceptualmente); Wheaton es una ciudad tranquila, apacible, pequeña pero a la vez llena de vida. Además les han tratado como a reyes, por lo que no pueden decir que una cosa les guste más o menos que la otra. Es como comparar un huevo y un melón. Nos gustan las dos cosas, pero son diferentes. Chicago está guay porque tiene un poco de las dos.

Sus amigos Jared y Rhonda les han recibido por estas dos últimas noches aunque no van a tener mucho tiempo para estar por casa. Llegan el miércoles al mediodía y después de dejar el equipaje en casa, bajan al Deli de la esquina para comprarse un swandwich. Son las 3 pm y tienen bastante hambre. Los bocadillos del Deli están buenísimos. Fue todo un descubrimiento tardío que hicieron la última semana que estuvieron en NYC antes de volar a Chicago.

Se suben la comida a casa y charlan un rato con Jared. Tratan de descansar un poco pero a las 8 pm han quedado con algunos amigos para ir a cenar por última vez al sitio de sushi al 50%. Este ha sido uno de los mejores sitios de comida que han descubierto en este viaje. Se reúnen allí con Pedro (de la ONU) y Carmen. Piden varias cosas para comer y después de un buen rato de parloteo se van a otro sitio a comerse el postre. Allí se encuentran con la hermana de Pedro y se van a otro bar a tomar una cerveza. Aunque afuera hace bastante calor en los bares tienen el aire acondicionado a tope, por lo que pasan un poco de frío. Al cabo de unos minutos aparece Chen, un taiwanés que ya conocían de otras fiestas. No duran mucho en el gélido bar... Además las horas han ido pasando y ya son las 2 de la mañana. Llegan a casa a las 3 am, después de caminar un buen rato por las calles neoyorkinas. Quieren retener al máximo estos recuerdos de Nueva York acompañados de una suave brisa veraniega. Ya les queda poco.

----------------------------

A la mañana siguiente se despiertan tardecillo. A eso de las 11. Vaguean un poco por casa hasta que tienen que salir para ir al Path Market y comprar chocolatinas americanas y otro tipo de productos maliciosos que algunos familiares y amigos les han encargado. Última vuelta por el mercado que les ha abastecido (no de forma barata, eso sí) durante estos últimos meses. Deben estar contentos porque hay gente que vive en sitios donde no hay ni un supermercado cerca y se ven obligados a comer todos los días fuera. Si lo pueden pagar...

Una vez que han descargado su dulce mercancía se dirigen a... ¡Jesus Tacos! ¿Cómo iban a irse sin despedirse del mejor burrito, los mejores nachos y la mejor quesadilla que han comido nunca? Aunque esta será la primera vez que coman esto al mediodía. En principio una mejor idea que hacerlo por la noche. Piden para llevar y se van al Riverside Park a sentarse tranquilamente en una de las mesas y comer la deliciosa comida mirando como corren las aguas del Río Hudson

Cuando creen que ya han comido suficiente (increíblemente no han podido terminar sus raciones) vuelven a casa para ducharse, escribir un poco y preparse para salir de nuevo. Han vuelto a quedar con varios amigos para asistir a un opening. Se trata de la inauguración de una exposición en una sala de arte. En NYC esto es algo muy común para las tardes de los viernes. Además suelen poner bebida y comida gratis lo cual es un aliciente más, a parte del intelectual.

Llegan a un edificio en pleno barrio de Chelsea que tiene 9 plantas y en cada planta hay un montón de salas con exposiciones o pases de moda... ¡Es enorme! En la galería exponen cuatro 4 artistas más una chica que hará una coreografía. Uno de los chicos que expone aparecía con Ethan en las fotos que hicieron para Zoetropya (concretamente un chco con cresta llamado Mertz que es turco). Su aportación a la galería era un vídeo en bucle que duraba 9 segundos.

Luego había tres artistas plásticos de los cuales el mejor, al menos par E&E, era un fotógrafo que hacía unas fotos muy chulas. La performance fue muy rara. Una chica haciendo un baile muy raro y sin mucho sentido, al final venía un músico tocando una guitarra y portando una larga barba azul y se la llevaba. Aún a día de hoy se preguntan el significado de dicho acto. El calor es insoportable y aunque hay champán gratis no tienen agua y no es plan hidratarse sólo a base del citado líquido, por razones evidentes.

Salen de la galería sobre las 19 y dan una vuelta por el barrio, llegando hasta la rivera del río y terminando en un restaurante italiano para tener su última cena neoyorkina. La post-cena supone la despedida de muchos de los amigos que han hecho que este viaje sea inolvidable para Ethan y Elisabet. En el camino de vuelta a casa, una vez que han dejado a sus amigos atrás, ella no puede contener más las lágrimas. Para remediarlo se compran un buen helado y caminan hasta Times Square para contemplar las luces por última vez. Es bastante reconfortante, aunque no sepan muy bien por qué. No hay tiempo para más. Última noche en la Gran Manzana. A dormir.

------------------------------

La última mañana se pasará más o menos rápido entre maletas, ropa, souvenirs y demás cosas típicas de viajes de vuelta. Con la lección aprendida de su viaje de ida, esta vez cargan las cosas más pesadas en las maletas de mano. No quieren pasar de nuevo por la experiencia del sobrepeso, sobre todo porque esta vez no habrá ningún conocido en el mostrador que pueda ayudarles. Acomodan todo de la mejor manera posible y salen a comer con Jared y Rhonda ya que como les han hospedado tan amablemente, E&E creen que lo mínimo que pueden hacer es invitarles a una buena comida en un bonito restaurante de Harlem al que los protagonistas de esta historia habían asistido antes de irse a Chicago.

La comida está muy buena. Posteriormente, ya en España, E&E se darán cuenta de que les han cobrado 26 dólares de más. Pero bueno, en el momento lo disfrutan inocentemente. Tampoco se puede hacer nada. Es una buena manera de despedirse de una gente que ha sido de mucha bendición en este viaje, abriéndoles la puerta de su casa sin conocerles prácticamente de nada. Al terminar la comida E&E vuelven a casa paseando. Ethan aprovecha para entrar en una tienda del barrio y comprarse una típica gorra de los Yankees, después de tener que regatearle un dólar al tendero puesto que no les quedan más dólares en cash. Probablemente sea una gorra falsa, pero ¿quién va a notar eso?

En casa pasan la tarde viendo "Cantando bajo la lluvia" porque Ethan no la había visto. La disfrutan mucho, pero pronto llega la hora de irse. Jared y Rhonda se han ofrecido a llevarles al aeropuerto lo que es todo un alivio. En principio. El estrés empieza cuando casi no caben en el coche debido al volumen y número de maletas. Cuando consiguen cargar todo, se suben al coche y escuchan un ruido extraño. El coche va tan cargado que roza con el suelo. Jared coge una de las maletas pequeñas y la lleva adelante. Quitando esa maleta el coche avanza con normalidad, aunque cada bache del camino será un dolor en el estómago para E&E que temen que sus maletas salgan volando en cualquier momento.

Cuando casi están en el aeropuerto de La Guardia, Elisabet les dice que ellos van al JFK. "Ah, no sé por qué pensaba que ibaís a este. Bueno, está sólo un poco más lejos, aunque vamos con el tiempo justo" dice Jared. Al poco de decir esto se meten en un atasco que les retrasa media hora más. E&E ya se ven quedándose en tierra, perdiendo el avión... Y eso no mola porque una vez que ya te has mentalizado en que te vas, te tienes que ir. Primera regla de oro de un CTC.

Con el tiempo justo llegan al aeropuerto, se despiden de sus amigos y corren por la terminal tratando de encontrar su compañía para hacer el check in. Según llegan a la fila hay un chico afroamericano cogiendo cada maleta de mano y poniéndole una pegatina de "aprobado". Cuando levanta la maleta de mano de Ethan se gira y no dice nada (pero no le pone la etiqueta). Elisabet pregunta si hay algún problema a lo que el chico responde "Too heavy" ("Muy pesado"). Y se desentiende del asunto. Efectivamente, es muy pesada. De hecho, Jared confesó que temía que el peso de la maleta le iba a cortar la circulación cuando tuvo que llevarla en su regazo durante el trayecto al aeropuerto.

Después de pesar los equipajes normales y ver que si hacen unos pequeños cambios les sobra sitio, tienen que realizar un trasvase de maletas. La maleta grande podía pesar 23 kilos y pesaba 20. La maleta pequeña tenía un límite de 10 kilos y pesaba 15. Sí, estaba un poco descompensado, pero bueno. Tras el check in, pasan los controles de seguridad sorprendiéndose de que nadie les selle el pasaporte con su "salida". Será lo normal ya que no han visto a nadie sellando pasaportes.

Estando del otro lado, donde ya te vas a casa, pueden empezar a relajarse. Todavía quedarán algunas preguntas que contestar en torno a la guitarra de Ethan, de un sitio libre... pero nada comparado con lo demás. El viaje, tendrá muchas turbulencias, aunque a ellos les preocupan más las turbulencias que les puedan esperar en su destino.

No es momento de pensar en eso. Es momento de reír recordando lo vivido. Una experiencia increíble y apasionante por la cual E&E no pueden más que dar gracias a Dios. Han podido ver como miles de pequeños detalles que pueden arruinar una experiencia como esta eran solucionados positivamente. Un compañero de piso genial, nuevos amigos alucinantes, experiencias únicas, visitas llenas de cariño... Si hubieran tenido que cuidar personalmente todos estos detalles habría sido imposible. Así que sienten que han vivido un sueño. Un regalo inmerecido.

Ahora solo les queda confiar en que "La aventura americana" quedará escrita en estas páginas, en las imagenes fotografiadas y sobre todo en sus corazones. Ya vendrán otras aventuras que contar.

----------------------------

A todos los que nos habéis acompañado hasta ahora... MUCHAS GRACIAS por formar parte de este viaje y tenernos tanto aprecio y cariño como para interesaros por nuestras vidas. Un abrazo muy fuerte.

E&E

2 comentarios:

  1. Wowwwww... ¡Echaremos de menos las aventuras de E&E!
    Pero bueno... ya vendrán nuevos capítulos, que -sin duda- serán igual, o aún más interesantes...
    Besos para ambos...

    ResponderEliminar
  2. Chicos, ha sido un placer teneros aquí e introduciros a nuestra pequeña familia neoyorkina. Espero que volváis, mucho o poco, temporalmente o para siempre. Nos vemos pronto, aquí o allí! ;) Muchos besos!!

    ResponderEliminar