jueves, 31 de mayo de 2012

Capítulo 35: Wheaton (pronunciese "güitn"), the suburbs


La familia E, está sentada en el aeropuerto de O’hare (Chicago). En estos momentos no saben si van a volar hoy a Nueva York, como tenían previsto. Lo que es seguro es que no van a ir en el horario que se suponía que tenían que haber volado. Su vuelo ha sido cancelado por mal tiempo en NYC, o al menos eso les han dicho. Lo raro es que el resto de vuelos sí están saliendo, aunque sea con retraso. Les han puesto en lista de espera para un vuelo a las 8 pm (el suyo era a las 4.30 pm). Si finalmente no hay sitio en ese vuelo les han hecho una reserva para el día siguiente a las 11.30 am, lo que significa que tendrán que llamar a Jeremy o a Israel y Karisa para pasar la noche con ellos. Eso o buscar un sitio cómodo y pasar la noche en el aeropuerto.

Por cierto, Israel y Karisa son la pareja que les ha acogido durante la última semana que han pasado en Wheaton. Karisa y Elisabet habían crecido juntas en Madrid, además durante el año que Elisabet y su familia vivieron en Wheaton, conocieron a la familia de Karisa, que son de esta zona. Un bonito re-encuentro después de muchos años y de muchos capítulos en sus respectivas vidas.

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Al llegar a la estación de tren de Wheaton, las diferencias saltan a la vista con lo que han conocido hasta ahora. Wheaton es el típico pueblo americano, con casas de madera por todas partes; niños montando en bicicleta o jugando al béisbol enfrente de su porche; cenas que comienzan a las 5 de la tarde… Afortunadamente, Isra y Karisa aún mantienen la capacidad de adaptarse al horario español por lo que esa noche disfrutan de un rico plato de pasta sobre las 9 pm. Los Vázquez-Aulie (V-A a partir de ahora) tienen dos hijos preciosos, Nathan y Olive, que enseguida enamoran a E&E con sus caras angelicales y sus conversaciones medio inglés-medio español. Por otro lado, aunque Ethan e Isra no se conocían más que de vista, conectan inmediatamente ya que sus aficiones (música, cine, mundo audiovisual, deporte…) y sus valores son muy parecidos.

No se acuestan muy tarde porque al día siguiente continúan con la rutina diaria de trabajos, colegios… No sólo eso, sino que han preparado una apretada agenda de actividades que hacer con sus amigos. Luego dicen que no hay casi nada para hacer en estos pueblos, pero no lo parece. Cómo acaban de terminar de pintar la habitación de invitados justo esa tarde, E&E duermen en el salón. Uno de los salones más bien, ya que la casa es enorme, al menos para los estándares de España.

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A la mañana siguiente se levantan sobre las 10. Los V-A han  comenzado su jornada mucho antes, sobre las 7 am, cuando los niños se han despertado y han comenzado a corretear y a jugar. E&E no se han enterado absolutamente de nada. Han dormido como angelitos. Jugar con los niños es divertidísimo y aunque como todo niño, dan mucho trabajo, se ve que están siendo súper bien educados. Entre juego y juego, comen unos sándwiches de pollo y pasan la tarde realizando distintas actividades. Dan una vuelta por el pueblo donde Elisabet vivió y visitan la casa donde se hospedaron recopilando muchos buenos momentos que estaban en su recuerdo y que ella siempre había querido compartir con su marido. Por otro lado, Ethan está trabajando en su videobook y en el montaje del corto que grabaron en Nueva York. Elisabet tiene bastante trabajo poniéndose al día con su amiga, así que están entretenidos.

Cuando Isra llega del trabajo van a correr un rato y después van a “merendar-cenar” a un sitio de comida rápida donde tienen los mejores sándwiches de pollo. Lo gracioso del sitio es que su mascota es una vaca que tiene un cartel que pone “Come más pollo”. Hoy es un día especial y por alguna razón regalan todos los sándwiches, sólo tienes que pagar la bebida y las patatas (si las quieres, claro). Si no, te dan un sándwich gratis.

Los niños ya se dan por cenados con el “pollo emparedado” pero los mayores van a disfrutar a parte de una rica fondue casera de queso. Algo ligerito para re-cenar más tarde. Las conversaciones no decaen para alivio de Isra principalmente, quién les confiesa que había preparado una larga lista de actividades por si se quedaban sin temas de conversación. Ethan se parte de risa. Después de una buena sobremesa y de que ambas mujeres empiecen a quedarse dormidas en los sofás, se van a la cama.

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Martes, misma dinámica que el día anterior. Se levantan tarde, juegan con los niños, trabajan un poco, salen a correr… La actividad para el día de hoy es ir a cenar a la casa de Jessica y Dan. Jessica es una amiga de Elisabet con la que iba a clase durante su etapa aquí. No se han vuelto a ver desde que tenían 10 años, aunque han mantenido un poco el contacto por Facebook y por email.

Antes de cenar, Elisabet y Karisa se dan un homenaje en un salón de pedicura y manicura donde se sientan en un sillón que te da un masaje en la espalda mientras unas señoras asiáticas se encargan del “trabajo uñil”.

Quedan sobre las 6.30, algo tarde para el horario americano. La casa está en la misma calle que la de los V-A, un par de bloques más allá. Dan y Jessica tienen un niño de unos 2 años que es un terremoto, además de esperar otro que nacerá de un momento a otro. Dan nació en Sudamérica y se crió en Argentina, pero no habla español aunque lo entiende bastante. Cuando están tomando un aperitivo antes de comer pollo a la parrilla (sí, pollo) Nathan viene corriendo al jardín trasero con cara de pánico diciendo que la pequeña Olive se ha caído por las escaleras. Todos salen corriendo y efectivamente la pequeña se ha caído y tiene una herida muy fea en la barbilla. Tampoco saben si tiene algún contusión interna así que se van a urgencias. E&E se quedan con Jessica y Dan ya que no pueden hacer nada en el hospital y por otro lado no quieren asustar a Nathan que está bastante preocupado por su hermanita. Cenan tranquilamente mientras están pendientes del teléfono por si hay novedades. La cena está muy rica y la compañía es muy agradable pero no lo disfrutan del todo pensando en cómo estará la niña.

Al final no hay nada grave, a parte de esperar durante horas y recibir 8 puntos en la herida. Por lo demás, Olive está bien y al rato de llegar a casa ya está riendo como si nada. Ha sido un día con muchas emociones, así que mejor irse a dormir.

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La actividad principal del miércoles será ir a cenar al centro. Las dos parejas dejan a los pequeños en casa de los abuelos (que viven muy cerca) y se dirigen Chicago. Se tarda unos 40 minutos en llegar, si el tráfico no va muy mal. Isra tiene que ver a unos clientes brevemente por lo que llegan un rato antes. Como E&E ya conocen un poco la zona centro, les llevan al sitio de los batidos naturales increíbles para tomar algo antes de cenar. Después se quedan haciendo fotos y hablando mientras Isra tiene su reunión cerca de la “habichuela plateada”.


Los V-A han elegido un sitio que está en el pier (el muelle). Se trata de un restaurante cuya especialidad es el marisco y el pescado. El sitio es muy bonito y está prácticamente vacío, ya que las 9 es una hora tardísima para cenar por estos lares, así que están solos en el restaurante. El camarero se da cuenta que son españoles y como él es mexicano ya les hablará en castellano durante toda la cena, recomendándoles determinados platos con muy buen criterio. Al final piden un poco de todo, con una combinación de carne y langosta para terminar, que de tan sólo recordarlo se les vuelve a hacer agua la boca. Finalizan con un trozo de tarta de chocolate que no son capaces de terminar entre los cuatro. Salen del restaurante con el estómago satisfecho y ponen rumbo a Wheaton donde recogen a los niños y los llevan a casa. Una gran noche.

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El jueves lo pasan en casa la mayor parte del día trabajando con el ordenador, jugando con los niños y haciendo un poco de deporte para compensar la deliciosa pizza casera que Karisa preparará para cenar. El viernes es un día más ajetreado. Por la mañana llaman a los abuelos Aulie y a otros amigos de la iglesia para pedirles prestadas varias bicicletas y dar un buen paseo. Lo pasan muy bien llevando a Olive en un carrito que se puede enganchar en la parte de atrás de la bici. Nathan ya sabe montar el sólo y consigue sobreponerse con valentía a algunas caídas. No comen mucho porque ese día es el cumpleaños de Bruce, el padre de Karisa y les han invitado a saborear una auténtica paella española con gran parte de la familia.

Aunque el horario es un poco raro para E&E (comer paella a las 17.30 no es algo que se haga mucho en España), la comida está tan buena que comen como si no hubiera un mañana. Todos los tíos y primos son muy majos y atentos, así que pasan un rato muy divertido. Cuando sobre las 9 pm ya se ha ido todo el mundo, las dos parejas se van al cine a la sesión golfa (las 10 de la noche) para ver The Avengers. Disfrutan mucho la película y tras recoger a los niños vuelven a casa agotados pero contentos.

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Sin casi darse cuenta se plantan en el sábado. Los días han pasado volando y ya va quedando menos para marcharse. Por la mañana Ethan e Isra trabajan con los ordenadores mientras Elisabet y Karisa se llevan a los niños al parque y se tiran en el césped a pasar el rato. Por la tarde han quedado con varias familias de la iglesia en un parque cercano para cenar juntos y que los niños jueguen. En realidad las dos parejas no van a cenar porque tienen planes de ir a un sitio de sushi que está muy bien. Pasan un buen rato en el parque y vuelven a casa. El hermano de Karisa va a hacer de canguro para que ellos cuatro puedan ir al sitio de Sushi. El sitio parece más una discoteca que un restaurante ya que como llegan tarde (sobre las 9.30) ya sólo está abierto el bar. La decoración es muy moderna y hay luces por todas partes que van cambiando de color. Es un sitio genial, la comida está buenísima y el precio no está nada mal. Aunque en estos días los V-A no les están dejando pagar nada, pronto van a tener que llegar a las manos para poder pagar algo. No, en realidad E&E no pueden más que estar muy agradecidos.

En el sitio del sushi conocen a una amiga de los V-A que iba a venir con su marido pero al final solo puede acercarse ella. Aunque ella es de Brasil y habla español, la mayor parte del tiempo hablan en inglés. Lo pasan muy bien. Tan bien que se quedan con ganas de salir a algún sitio a bailar un rato ya que en Wheaton no, pero en algún pueblo cercano hay algún local de este tipo. Al final lo descartan porque probablemente estará cerrado y tampoco pueden “enmarronar” perpetuamente al hermano de Karisa. Vuelta a casa entonces, entre risas, conversaciones que no se agotan y muchas cosas más.

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El domingo se levantan muy temprano. En realidad a las 8.30 am. Lo que hace malacostumbrarse… Han “madrugado tanto” porque van a ir a la iglesia y de ahí se van a ir directos a Wisconsin. Sí, ese sitio que Ethan siempre a usado como metáfora de un lugar muy lejano, existe y está sólo a dos horas de Wheaton. La familia de Karisa tiene una casa allí y muchos de sus familiares van a ir para pasar el domingo y el lunes allí, ya que es Memorial Day, un día festivo para acordarse de las personas que han servido en el ejército.

La iglesia a la que asisten los V-A se reúne en el colegio al que Elisabet iba de pequeña, aunque ya no es el mismo edificio. Salen de la reunión y tras parar en un restaurante mexicano para comprar comida siguen camino a Wisconsin. Lo bueno de los coches automáticos es que se puede hacer casi de todo mientras se conduce, como por ejemplo comerse un plato de comida con tenedor. Isra es todo un experto por lo que parece.

Un buen rato después llegan a la casa del lago. E&E se quedan con la boca abierta al ver una casa preciosa con muchísimas habitaciones, pegada al lago y con un embarcadero y una lancha motora esperándoles para ser usada en cualquier momento. La familia por parte de la madre de Karisa está compuesta por 5 hermanas. En este momento sólo han venido dos hermanas con su familias, aunque cada familia está compuesta por 6 y 10 miembros respectivamente. Sí, una de las tías tiene 8 hijos y la mayor tiene sólo 17, mientras que el más pequeño tiene uno y medio. Lo más maravilloso es que todos son simpátiquísimos y muy buenos por lo que lo pasan genial.

Casi sin tiempo para cambiarse deciden ir a dar una vuelta en la lancha motora. Isra sabe conducirla aunque según él no tiene mucho misterio. Tampoco hace falta una licencia específica, basta con la de conducir. Esa es una de las grandes diferencias con España. Aquí se preocupan mucho por defender las libertades individuales, por lo que si tú quieres comprarte una lancha y conducirla, nadie te va a imponer nada o va a decirte que no puedes. Eso sí, tendrás que aprender las normas por tu cuenta y si la lías o haces algo que no debes, te van a multar o a encarcelar. Pero no hay millones de prohibiciones sólo para “supuestamente protegerte”. En fin… diferencias.

Isra conduce la lancha y arrastran un tube, una especie de flotador enorme en el que se suben una o dos personas y te van arrastrando. Es divertido pero se va en tensión y si van muy rápido lo puedes pasar mal. La gracia es dar un paseo tranquilo o por el contrario el conductor puede intentar tirarte a toda costa. Una conjugación perfecta de velocidad-adrenalina-pánico-diversión. Aunque el agua está fría el día es de un sol y un calor espectacular. Tras el baño y el paseo en lancha, toca cenar pizza y jugar a diferentes juegos con los primos. Todos se divierten un montón y se acaban acostando a las mil.

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A la mañana siguiente, después de desayunar, Bruce (el padre de Karisa) conduce la lancha y les enseña a hacer esquí acuático. Ethan consigue ponerse de pie a la tercera y le dicen que es una máquina porque no mucha gente consigue ponerse de pie el primer día. Además el tiempo está nublado y hay bastantes olas, lo cual no es el clima idóneo para aprender. En cualquier caso, es divertidísimo. Mr E disfruta como un enano de su aprendizaje y de sus caídas. Elisabet también lo intenta un par de veces pero en seguida se da cuenta que le gusta más la vida de tripulante de barco que la de ir colgando atrás, aferrándose a un trozo de cuerda.

A la hora de comer, se ponen hasta arriba de hamburguesas a la barbacoa y de hot dogs pero con chorizo en vez de salchicha normal. Una salvajada. Por si fuera poco de postre se comen una especie de sándwich que lleva “nube” (un algodón azucarado), chocolate y galleta. Ethan sólo prueba un poco el de Elisabet porque no entiende a qué persona en su sano juicio se le ocurrió realizar esa combinación ultra empalagosa. A las chicas parece gustarles pero se comen uno a duras penas. Cosas americanas.

Para bajar la comida y después de mirar su correo en el ordenador (por supuesto la casa del lago tiene wifi y aire acondicionado) vuelven a pasear en barco y a hacer un poco de esquí acuático. Ethan ya está tan suelto que se atreve a dar algún pequeño salto e incluso intenta hacer una cosa llamada eslalon que se trata de sacarte un esquí y hacerlo todo con uno sólo. El eslalon de Ethan dura aproximadamente 5 segundos. Algo es algo. Es increíble cómo puede cansar esto, si solo se trata de dejarse llevar…

Se despiden de la casa del lago y vuelven a Wheaton. Sólo han pasado 1 día aquí pero lo han disfrutado infinitamente. Nada más llegar, Isra y Ethan cogen las bicis de los padres de Karisa y van a devolvérselas. Aunque está bastante cerca en coche, las distancias parecen variar cuando van en bici y vuelven andando. El clima de la tarde-noche es perfecto para pasear por lo que al llegar a casa y acostar a los niños deciden hacer una locura e irse a cenar a un sitio muy guay cuya especialidad es la fondue en todas sus formas (queso, pescado y carne, y por último chocolate). Algo “ligerito”, por supuesto. Llaman a una canguro conocida que se presenta en menos de 15 minutos con una amplia sonrisa. En realidad los niños ya están acostados por lo que no tendrá mucho trabajo.

De nuevo, el restaurante está desierto. Son las 9.30 pm y parece que fueran las 4 de la mañana en España. A pesar de la hora una camarera asiático-americana les atiende con mucha amabilidad. En un momento de la velada se apagan todas las luces de la sala donde están comiendo y tienen que ir a decirles que todavía hay gente ahí. Una anécdota más para la colección de un viaje que al día siguiente les llevará de nuevo rumbo a NYC.

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O eso pensaban ellos. Al principio de este post, E&E se encontraban en el aeropuerto de O’hare sin saber que iba a ser de sus vidas ya que su vuelo se había cancelado. Finalmente les dicen que en la lista de espera, junto a ellos, hay otros cientos de pasajeros que tenían que haber viajado por la mañana y que no habían podido salir en todo el día.

Llaman al primo de Elisabet para decirle que a lo mejor tienen que ir a pasar la noche ahí para coger un vuelo al día siguiente. Cuando llaman a los V-A para que sepan que no han podido viajar, Isra se ofrece a ir a buscarlos inmediatamente diciéndoles que para ellos sería genial tenerles una noche más. Amabilidad y cariño absolutos. Así que sin poder decir que no, aprovechan la oportunidad de pasar un rato más con una familia tan increíble. Isra les recoge, vuelven a Wheaton donde les espera una rica cena, una buena charla y una habitación muy acogedora que ya se ha convertido en su casa.

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Al día siguiente todo va según lo planeado. Les vuelven a llevar al aeropuerto y pueden viajar sin ningún contratiempo. Llegan a Nueva York se re-encuentran con su maleta que sí había viajado el día anterior, sin problemas y en perfectas condiciones. Tienen la extraña sensación de estar “en casa” ya que esta llegada a NYC es muy diferente de cuando llegaron hace casi 3 meses. Ahora saben cómo moverse; dónde coger el autobús o el metro; dónde se tienen que bajar… Ya no están tan perdidos y apabullados por la ciudad como antes.

Cuando se suben al autobús para ir a Harlem un chico les pregunta si no les importa pasar la tarjeta de bus por él y recibir el dinero en cash, ya que si él se baja a comprar una tarjeta perderá el autobús. “No problem” le contesta Ethan. Luego el chico sólo tiene un billete de 10 y Ethan solo tiene 6 dolares para darle de cambio, así que acaban ganando dos dólares. Sus amigos Jared y Rhonda les tienen preparada la habitación que les van a prestar por estas 2 noches y que es la misma en la que estuvieron nada más llegar a la ciudad, cerrando un ciclo perfecto. Nueva York les vuelve a recibir con los brazos abiertos. Y aún quedan dos días para vivir la ciudad.

2 comentarios:

  1. ¡Qué bonita aventura habéis vivido! Me encanta esa casa al lago del lago. ¡Como viven algunos!

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  2. ¡ayyyy qué guay esos días en el lago, parece de película!! bueno, ahora ya os puedo abrazar aquí, pero como os ha comentado alguien por ahí, nos debéis los 2 últimos díasm jaja!

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