miércoles, 7 de marzo de 2012

Capítulo 1: Comida basura



Después de aterrizar en el tiempo indicado y pasar sin problemas los respectivos controles de inmigración, Ethan y Elisabet (E&E) recogen su equipaje y viajan en taxi (como buenos neoyorkinos) hasta su nueva morada. Treinta minutos después, E&E se encuentran frente al que será su nuevo edificio en Manhattan.

Las dos primeras noches van a dormir en casa de Jared y Rhonda, una amable y hospitalaria pareja que les recibe sin conocerlos de nada. Jared se fía de su hermano, Jordan, un amigo de E&E que conocieron en Madrid. El problema es que E&E saben el piso en el que van a vivir a partir del día 6, que está en el mismo edificio, pero no tienen ni idea del piso de Jared y Rhonda. Así que después de 20 minutos llamando a todos los telefonillos y que distintas voces y acentos desconcertaran a la pareja... ¡voilá! finalmente descubren cuál era el piso. Se trata de un bonito apartamento que les recibe cálido y confortable. Pero E&E están cansados y al día siguiente tienen que ir a la escuela de Elisabet para realizar la inscripción así que la primera comida (más bien cena) después de un "delicioso" menú de avión, será una "sanísima" comida mexicana que traen a casa. Viva México y a dormir. Por cierto, la tos neumoníaca aún resiste, pero con menos intensidad.

Al día siguiente, sin quererlo, E&E se despiertan a eso de las 7 a.m. con un sol de justicia que atraviesa la ventana sin piedad (y sin persiana, por supuesto). Después de rebuscar en las maletas y tener todo a punto, primer café americano en la casa (mejor de lo que dicen) y directos al metro para viajar hasta el downtown y hacer la inscripción. Pero antes de llegar a la boca del subway (que está a unos 100 metros del portal) se cruzan con un dunkin donuts. Resultado: 3 donuts menos en ese establecimiento y tres donuts más en su alforja.

Primer viaje en metro, después de comprar el abono mensual (100$ por cabeza) y descubrir a duras penas como funciona el metro aquí. Es bastante más complicado de lo que parece, pero llegan a su destino sin perderse (hasta el día de hoy no se han perdido).

Después de una breve inscripción en la New York Film Academy tienen que comer algo rápido porque Elisabet tiene la presentación del curso. Varias vueltas a la manzana dan como saldo un asalto a un restaurante de comida coreana. Noodles. Los han visto mejores, pero se dejan comer. Lo que no se podía tragar era una especie de té gratuito del que Ethan, como buen español, iba a dar buena cuenta. Asqueroso.

Ethan vagabundea alrededor de la escuela y la plaza durante un par de horas esperando a Elisabet. Vuelven a casa y realizan su primera compra (comprita) de fruta, algo de carne, pasta... Se dan cuenta que comer sano sale mucho más caro que comer comida basura. Mucho más caro... No obstante, esa noche cenan ensalada y algo de carne.

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El día dos continúa muy parecido. Elisabet tiene su primera clase oficial mientras Ethan cambia las cuerdas de su guitarra y trata de decidir que cosas conviene comprar y dónde. Comen pasta y recogen sus cosas porque se mudan dos pisos más abajo a casa de Jason, que va a ser su hospedador durante los próximos dos meses. Parece ser un tío muy amable y amigable, lo cual se agradece, aunque se hace muy raro compartir casa con un desconocido. En una semana ya no será más un desconocido.

Para despejarse un poco deciden salir después de instalarse más o menos, y salen a dar una vuelta por Central Park. Es maravilloso... y enorme. Lo recorren verticalmente y acaban extenuados pero contentos. Toman un bus que recorre una porción del barrio de noche y terminan el día cenando una ensalada y viendo Breaking Bad en una pantalla (proyector) que mide dos metros y medio de largo por un metro y medio de ancho. Los personajes se ven a tamaño natural o más grandes. Final del día. A dormir.

4 comentarios:

  1. seguiré leyendo!! abrazo.

    Dani Marote

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  2. Por lo que veo, vais a echar de menos la Thermomix. ¿Por que no aprovecháis y hacéis un estudio de mercado, a ver si podría introducirse en los hábitos neoyorquinos?

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  3. ¡ayyyy cómo lo sabía qué ibais a sufrir! pero bueno, todo tiene su compensación, ánimo!!

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