sábado, 17 de marzo de 2012

Capítulo 10: C'mon!


Suena una música infantil como si se tratara de un carrusel. Suena durante un buen rato. Suena durante demasiado rato. E&E se despiertan para afrontar su segundo viernes en la gran manzana. Para regocijo de Ethan, Elisabet sólo tiene clase de 1 a 4 pm, por lo que van a tener más tiempo para estar juntos. Además se sienten un poco mejor en cuanto a su salud así que el día comienza bien.

Lo primero que les llama la atención al salir de su habitación es que en el salón, junto a la mochila y los zapatos de Jason, también se encuentran unas zapatillas de mujer y un bolso de mujer. Aham. Lo mejor será salir a hacer algunas compras ya que el papel higiénico (por ejemplo) se ha agotado... y no es algo que pueda tomarse a la ligera.

E&E se dirijen al Path Market discutiendo sobre si realmente está lloviendo a cántaros, no cae ni una gota o se trata de un simple calabobos. Antes de ponerse de acuerdo en si deberían volver o no a por un paraguas, ya han llegado al mercado. Es increíble como una compra de "cuatro cosas" acaba convirtiéndose en la mayor compra que han realizado hasta la fecha. Cosas de la vida.

Al volver a casa se cruzan con Jason que iba a comprar... "Ah, entre otras cosas papel higiénico, pero veo que ya habéis comprado". Grandes compañeros de piso. Al menos hasta que le robas el pollo. Efectivamente, el día en que Ethan preparó su delicioso arroz con pollo no se dio cuenta de que carne de ave congelada que le costó tantísimo partir era en realidad de su compañero de piso. Las pechugas de pollo congeladas son como los chinos para los occidentales... todos parecen iguales. Al confesarle su falta a Jason este se ríe y le pregunta si estaba bueno. Ethan responde afirmativamente a lo que Jason contesta "Entonces, ha merecido la pena" ¡Guau!

Cuando llegan a casa Ethan no se encuentra tan bien. La fiebre ha ido ganando terreno en la batalla por conquistar su cuerpo así que lo mejor será quedarse en la cama haciendo cosas en el ordenador. Una buena noticia es que el tiempo libre ha hecho que Ethan escriba a un profesor de la facultad donde estudió en Madrid para ver si estaba interesado en su proyecto de tésis. Al cabo de unas horas recibe un email bastante alentador que le entusiasma mucho. Buenas noticias, eso es lo que hace falta.

Elisabet se ha ido a clase y se ha llevado un sandwich. Sobre las 3 de la tarde Ethan decide que es hora de comer y para tratar de "desintoxicarse" (quizás todavía influenciado por el documental de los batidos) se prepara una ensalada y dos naranjas. Primero se come las dos naranjas. Ethan está muy loco.

Un rato de televisión a la carta después, Elisabet vuelve de clase. Sobre las 5 pm se conectan para skypear un poco con Diego, Sonia y Alba. Todo va muy bien hasta que sus amigos españoles se ponen a cenar ante la webcam. La amistad deja paso a la envidia gastronómica por lo que se disponen a prepar la cena. Dicha cena se materializa en dos latas de sopa warholiana (noodels & chicken y tomato soup). Sorprendentemente, las disfrutan mucho.

Una vez cenados y todavía empujados por la amistosa envidia alimenticia piensan en salir a tomar algo. Jason le ha comentado a Ethan que ese día va a tocar un trío de jazz muy bueno en su bar. Allí se dirigen. Al llegar, su compañero de piso los recibe con un abrazo. Eso no es algo tan común en la cultura americana, así que se alegran comedidamente. Se sientan en una mesa justo enfrente de los increíbles músicos. Ethan se queda anonadado con el guitarrista, un fuera de serie. Tocan canciones propias y varias versiones de jazz y blues. Al protagonista masculino de esta historia le sorprende como la música puede animarle tanto. También ayudan un par de copas de vino malbec (argentino). Era casi lo más barato: 8 dolares. Elisabet pide un mojito: 12 dólares. Al final, incluyendo propina se gastan 35 dólares en 3 bebidas. Nueva York es definitivamente carísimo.

Al salir del local, se despiden de Jason y caminan hacia el metro. En la esquina un local de pizzas y hot dogs se interpone en su camino. No pueden hacer nada para evitar entrar. Elisabet pide dos hot dogs. El dependiente le dice que 3,75 $. "No, pero queremos también la lata de coca-cola, es decir la oferta". "Ah, ok" dice el dependiente "2,75 $ entonces". Ethan no entiende a los americanos, pero le parece bien que le salga más barato una lata y dos hot dogs que solo los hot dogs.

De vuelta a casa y ya en el metro, un aprendiz de "50cts" (el rapero) les dice: "Hola chicos. Estoy intentando emborracharme ¿Sabéis de algún sitio por aquí?" "¿Por aquí por el metro?" piensa Ethan... "No tío, no somos de aquí".

Elisabet dice que ya se empieza a sentir como en casa en NYC porque ya se duerme en el metro cuando va o viene de la escuela. Para demostrarlo Elisabet realiza una prueba in situ y se duerme de camino a Harlem. Ha sido una noche cara, pero la han disfrutado mucho. Necesitaban algo así. Al día siguiente es St Patricks (la fiesta irlandesa que casi se celebra más en Nueva York que en Dublín) y han quedado con sus amigos españoles para tomar algo. Hay que descansar bien.

2 comentarios:

  1. BUeeeeno ,me alegro que estéis mejor, el vino malbec siempre es una buena opción...besosss!1

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  2. Mira que os ofrecimos un poco de la cena y no habéis querido ...

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