miércoles, 14 de marzo de 2012

Capítulo 8: Noche de concierto


Los últimos acontecimientos en las vidas de nuestros protagonistas estan pidiendo a gritos una buena inyección de energía positiva. Desafortunadamente, esto no va a ser tan sencillo.

Para empezar, Elisabet sigue encontrándose mal, con fiebre y problemas digestivos. Así que al levantarse ese martes 13 de marzo, decide que no va a ir a clase. Demasiado viaje para sólo estar 2 horas escuchando las ideas que tienen algunos compañeros para sus propios proyectos. Elisabet no tiene el cuerpo como para aportarles muchas ideas, así que mejor quedarse a descansar. Escribe a su profesor para decirle que no va a ir porque se encuentra mal y al momento éste le contesta que no hay problema, que se recupere pronto. Igualito que en España, donde escribías a un profesor y nunca sabías si le había llegado el email hasta que a lo mejor a las dos semanas te contestaba. Diferencias.

Ethan se levanta algo más animado dispuesto a apostar por el estudio de interpretación de Stella Adler. Manda un par de correos que tardan en contestarle y finalmente le dicen que tiene que llamar para concretar una entrevista. Llamadas una vez más. Pero Ethan ya está mucho más suelto, así que se atreve con todo. Llama pero una máquina le dice que no hay nadie ese día en la escuela y que volverán mañana. Ok, mañana llamará.

La cámara se sigue resistiendo. Por un problema de Paypal (una forma de pagar por internet) vuelven a rechazar su pedido. Todo tiene que volver a empezar. Les escribe una carta a los de la cámara reflejando "serenamente" su contrariedad y le contestan amablemente que entienden su frustración pero no pueden hacer nada porque son políticas de paypal. No se va a rendir, pero se está hartando.

Ese día comen en casa. Filetes de ternera, arroz (sólo Ethan) y guisantes con zanahorias (congelados). Muy rico todo. Después de semejante manjar, Ethan llama a apple (Mr E está on fire con las llamadas) para ver si ya tienen su teclado español. Efectivamente, lo tienen pero le dicen que vayan cuanto antes porque estas cosas se agotan muy rápido y no pueden reservarle uno. Elisabet no puede salir, así que sobre las 4 pm Ethan parte sólo a realizar su primera gestión anglosajona. Tras un breve (30 min) viaje en metro y un poco de caminata, llega a la tienda y explica la situación. La chica (asiático-americana, para variar) parece no enterarse muy bien. Ethan empieza a dudar de su inglés, pero al momento se da cuenta que la chica debe ser nueva porque es ella la que no se entera. Pide ayuda a su compañera que le explica cómo realizar la gestión. Ethan 1 - Inglés 0. Hurra.

Ethan retorna a casa donde Elisabet se encuentra bastante mejor de todos sus síntomas. Ducha, skypear un poco con Abranito y Alba, preparar unos sandwiches y rumbo al concierto de Vetusta Morla.

Para los que todavía no sepan quiénes son Vetusta Morla, sólo decir que se trata de una de las mejores bandas españolas de los últimos años. Su particularidad reside en haber salido de forma independiente de la "nada" y haber llegado a ser un éxito bastante masivo sin renunciar a su particular forma de ver y vivir la música. Además son uno de los grupos favoritos de E&E.

Aunque ya les han visto varias veces en directo, la posibilidad de hacerlo aquí en Nueva York, tiene un encanto especial. Por otro lado creen que no habrá tanta gente como en los conciertos en España (por dar un dato, uno de los últimos conciertos de este grupo en Madrid tuvo lugar en la sala "La Riviera", con capacidad para 3000 personas. Se llenó durante 4 o 5 noches seguidas. Casi nada).

Llegan una media hora antes del comienzo oficial del concierto y en la puerta se encuentran con Juanma, uno de los guitarristas y compositores que está en la puerta tomando el aire. Le saludan y le piden que les firme el disco. Un tío muy sencillo y amable. Entran al local y ven que no hay casi nadie y se supone que faltan 25 minutos para empezar el concierto. Se ubican en 2ª fila justo delante del micrófono por lo que van a tener al cantante a 2 metros de distancia. Esto en Madrid sería imposible.

El tiempo va pasando, y quince minutos después de la hora programada sale el grupo. Misteriosamente, la sala se ha llenado. Unas 400 personas (la gran mayoría españoles) se distribuyen por el local pero sin agobios. Hay espacio de sobra para respirar, lo cual se agradece. Ethan por su parte quiere probar su primera budweiser neoyorkina. 7 dólares por un tercio y tampoco está tan buena. Lo más gracioso es que en el tiempo de espera antes de que arranque el concierto E&E van al baño donde encuentran un hombre y una mujer respectivamente, que cuando terminan de usar el servicio los están esperando con el grifo abierto, el agua templada y unas toallas de papel para secarse las manos. Por supuesto esperan una propina (un dólar en cada baño). Que curioso.

El concierto es genial. Tener a un grupo así tan cerca y con la complicidad de ambos saberse extranjeros crea un clima especial. Hora y media (o más) de energético concierto y fin. Elisabet tiene la ilusión de recibir todas las firmas del grupo, para lo cual ha traído el disco desde España. A Ethan el rollo fan no le hace tanta gracia. Además ha tenido una sensación agridulce.

El concierto ha sido increíble y por momentos Ethan echa de menos la sensación de estar en un escenario, con su grupo, con gente cantando sus canciones. Echa de menos tener una banda, tocar en directo... sensaciones que se recrean en su memoria mientras ve a los músicos disfrutar ofreciendo su actuación. Le parece que esos días no volverán...

La sala se va despejando sin jaleo. El batería de la banda (apodado El indio) sale a hablar con algunos amigos. Elisabet aprovecha y le pide su firma. La gente de seguridad va pidiendo que se despeje la sala. Están "echando" a la gente a las 10.30 de la noche. Diferencias.

E&E salen y deciden esperar fuera. Aún quedan unos 20 españoles que están esperando que salga la banda o vaya a saber qué. Al cabo de quince minutos Elisabet propone dejarlo e irse, pero Ethan dice que ya que se han quedado, ahora lo van a conseguir cueste lo que cueste. Se acuerda de la anécdota de su madre cuando esperó a Ricardo Darín a la salida del teatro en Madrid para regalarle unos alfajores. Esto es casi igual, pero sin alfajores.

A la media hora están prácticamente solos. Incluso el camión de los instrumentos ha terminado de cargar. En esas, el cantante (Pucho) sale del local, sólo. Le piden si les puede firmar el disco a lo cual responde muy amablemente que sí. Pucho les pregunta por qué están en Nueva York y comentan un poco la situación en España (durante el concierto, Pucho había dedicado la canción "El hombre del saco" a todos los españoles que por las circunstancias actuales del país se están teniendo que ir). El artista se preocupa mucho por escribir bien el nombre de Elisabet. Todo un detalle. En un momento de la conversación Pucho les dice que mucha suerte y que le dan envidia. Ethan se ríe y le dice "Tú sí que me das envidia, que yo soy músico y poder estar de gira por aquí y todo eso... debe ser un sueño". Pucho sonríe y contesta "Sí, tú lo ves desde fuera... y sí, está guay, pero yo tampoco puedo hacer ahora mismo lo que quiera. Estoy comprometido con esto. Así que en cierto modo me dais envidia".

Se despiden de Pucho que se marcha caminando rápido y se pierde entre las ruidosas calles de Chelsea. Al poco Elisabet se cuela de nuevo en el local (a los 49 minutos de terminar el concierto ya se habían ido hasta los puertas) y El indio le dice que él le puede pasar el cd al resto de la banda para que puedan firmarlo sin tener que esperar más. Dicho y hecho. A los pocos minutos El indio, baja con el cd firmado por el resto del grupo y les despide con una sonrisa.

Ethan camina pensativo. Pucho "les tiene envidia". Quizá solo fuera una forma de hablar... quizá no. Pero da que pensar. De camino al metro se cruzan con un carrito de hot dogs. Ethan cree que ha llegado la hora de comerse el primer hot dog callejero del viaje y terminar así una noche memorable.

3 comentarios:

  1. Jaja gracias por la mención! por cierto Darín nunca me devolvió el "tupper"!! me alegro que hayan disfrutado del concert y que Elisabet se encuentre mejor! abrazos, los queremos y extrañamos!

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  2. Zeke muchas gracias por contarnos todo esto! me hace mucha ilusión saber las aventuras que estáis viviendo y cómo os encontráis. Yo también os tengo envidia! Y seguro que muchos otros también.. Por lo que estáis pasando es un regalo del Señor :) Y yo estoy feliz de ver algunos de vuestros sueños hacerse realidad, ya que llevo tiempo orando por ello. Un besito, os quiero y os echo de menos.
    Estefany

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  3. Pero dudo de que hiciera tanto frío como la noche que esperamos a Darín en la puerta del teatro en Madrid. ¡Eso era para locos! :)

    ¡Que aproveche el "panchito" yankee!

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